Todos en algún momento hemos tenido un problema o un mal día y lo más común que hacemos para aliviar la tristeza, la angustia o cualquier otra emoción es pedir ayuda de nuestros seres queridos cercanos. Sin embargo, una palabra de aliento no es suficiente para superar un conflicto, al contrario, es indispensable buscar un profesional, como lo es un psicólogo de Bilbao, ya que estos cuentan con las habilidades necesarias para proporcionarnos soluciones, bienestar y cambios efectivos.
Muchas personas tienen la errónea creencia de que los profesionales de psicología solo atienden a “locos” o “dementes”, pero esto es solo una etiqueta descalificadora. Debemos saber que realmente un psicólogo es alguien en el que podemos confiar, y lo más importante es que tiene las herramientas indicadas para ayudarnos a organizar nuestros pensamientos, controlar las emociones y enseñarnos a vivir mejor.
Puede que un consejo nos aporte una reflexión positiva ante una dificultad, no obstante, siempre hay algo más complejo que un simple momento incómodo, por eso, no debemos dudar en asistir a una consulta psicológica. Además, si se deja pasar el tiempo y no le otorgamos la suficiente relevancia a una emoción que nos molesta o cause daño, lo que posiblemente desencadenará patrones de comportamientos perjudiciales, por ejemplo: trastornos de depresión, aislamiento social, entre otros.
Quizás enfrentar una realidad no es tan fácil como tratar una enfermedad con una pastilla, aun así, los psicólogos se esfuerzan por hacer el proceso ameno, ofreciendo la posibilidad de realizar terapias acordes a las necesidades. Pero está en cada quien, decidir cuándo empezar algún tratamiento y en definitiva observar una perspectiva positiva ante la vida para lograr ser una persona equilibrada.
En una consulta con un psicólogo seguramente encontraremos un increíble apoyo y comprensión para mejorar habilidades comunicativas, desarrollar un mundo afectivo sano, superar los pensamientos negativos y llevar una vida feliz. Se trata de una decisión inteligente para buscar soluciones y no dejarnos guiar solamente por opiniones provenientes de otras personas.
Confiar en un psicólogo tampoco quiere decir que debamos restringir nuestros sentimientos y solo expresarlos en consulta. De vez en cuando, un consejo o un acercamiento hacia un familiar o amigo también es válido. Lo recomendable es incluir siempre una asistencia profesional.