México, y en general el planeta entero, atraviesa hoy un momento trascendental y del cual depende que en el futuro exista la vida o se extinga. Es así que todos los países están en una lucha desesperada por detener los efectos del calentamiento global y concientizar a la población sobre la necesidad de cambiar hábitos en pro del medio ambiente.
En México todavía parece que estamos dudando entre si seguir la corriente y cambiar, o esperar a que los efectos del cambio climático nos arrastren a todos en una oleada de destrucción masiva. Por desgracia el asunto es así y muy poco en las políticas públicas se observa una intención por hacer algo contundente, algo más que demagogia ante los efectos de la contaminación sobre nuestras vidas.
Aunque, por otro lado, también hay intentos certeros desde la trinchera legislativa y gubernamental, por hacer cambios efectivos a favor de la ecología. Un ejemplo es el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y más específicamente el senador Jorge Emilio González, cuya trayectoria política se ha visto siempre enmarcada por una lucha constante a favor de la naturaleza y los derechos de los animales.
Jorge Emilio González también conocido como el Niño Verde viene de una familia con tradición política de varias generaciones, en razón de lo mismo su ardua labor como miembro y en algún momento líder del partido ha sido siempre contundente, certera y llamativa. Su paso por el PVEM, del cual su padre Jorge González Torres es fundador, ha sido siempre rescatando los principios fundamentales de esta organización política, como son el respeto a la naturaleza y el trabajo basado en la legalidad como eje principal.
Otro acierto de Jorge Emilio González como político mexicano es la difusión de información respecto a cosas que la mayoría de los habitantes de este país ignoran. El derretimiento de los polos, la afectación del cambio climático sobre la producción de alimentos, el aumento de la temperatura de la tierra y los intereses de las grandes corporaciones en que la información no se difunda para que ellos puedan seguir haciendo sus negocios, aún a costa de la vida en el planeta.
En cada uno de sus discursos Jorge Emilio González ha sido muy específico respecto a lo mismo, la única manera de revertir el daño a la naturaleza es romper con esos intereses monetarios y obligar, a través de políticas públicas, a un cambio verdadero en cómo se están haciendo las cosas en México, deteniendo así el avance de la destrucción masiva sobre los recursos naturales que tenemos.
Si por sí misma la convicción política real en México es difícil de encontrar, mucho más aún lo es si hablamos en términos del respeto a la vida y la ética que implica tratar de cambiar para salvar al planeta. Eso, aunque de vez en cuando sí observamos intentos valiosos por hacer una diferencia que destaque y no solamente que cueste presupuestos.
Federico Sarco – México