La vida útil de un automóvil comprado en el concesionario puede tener por lo menos tres vertientes. La primera es determinada por la contabilidad. En lo que respecta a las compañías, esta define cuando un activo completa su ciclo contable y pasa a ser un producto que se vende por su valor residual, como esté y donde se encuentre. Generalmente, se ofrecen por lotes a precios muy asequibles.
La segunda vendría dada por la costumbre de cambiar de automóvil periódicamente. Esto se da en el caso de personas naturales que tienen por hábito mantener un vehículo por dos o tres años y luego cambiarlo por uno de agencia. La tercera alternativa proviene de la necesidad de vender ese activo por razones ajenas a la voluntad, para solventar una situación que requiera liquidez económica.
La última de las situaciones enunciadas se presenta mayormente entre familiares, amigos o conocidos que saben cómo funciona el coche o están dispuestos a aceptar el riesgo que pudiera conllevar la compra directa.
Adquiera automóviles a través de profesionales
Dado que no siempre podemos conseguir una unidad proveniente de alguien de nuestra confianza, existen empresas establecidas y dedicadas a la venta de coches de ocasión. Estas cuidan que el vehículo que usted recibe cumpla las condiciones que tendría un ejemplar de estreno.
EL marco legal regulatorio para la adquisición de unidades de segunda mano, busca proveer garantías al comprador relativas a su nueva propiedad. Por eso, la mejor opción es dirigirse a una firma formalmente establecida que tenga capacidad de respuesta ante un reclamo. Ya sea porque hayan revisado y corregido problemas previos a la venta o puedan hacerlo en una eventualidad.
Comprar hoy un coche de ocasión podría verse casi al mismo nivel de adquirirlo nuevo con un concesionario. Sobre todo debido a nuestra posición económica o a si deseamos otro vehículo para un uso alternativo.