La manutención de un hijo que sale de casa para estudiar una carrera en otra ciudad es un reto para los padres, que deberán destinar una parte importante del presupuesto familiar para costear la educación superior. Afortunadamente la alternativa de una habitación compartida en residencia universitaria, es una excelente idea con la que se puede ahorrar un poco de dinero.
En todas las ciudades españolas donde hay universidades, son frecuentes las residencias estudiantiles en las que se pueden hospedar los jóvenes provenientes de otros lugares. Las opciones van desde los pequeños apartamentos a las habitaciones individuales o dobles.
En el caso de las habitaciones compartidas, éstas tienen todas las comodidades pero en espacios más reducidos. Por ejemplo, cuentan con dos camas y dos mesas para estudiar, amplios armarios y un pequeño frigorífico para los dos estudiantes. La idea es que cada uno tenga lo que necesita para desarrollar sus actividades personales y académicas sin interrumpir la dinámica del otro.
Los servicios de algunas residencias universitarias incluyen las tres comidas diarias y la limpieza de la habitación, a fin de que los jóvenes no inviertan tiempo en estas tareas y puedan dedicarse en exclusiva a sus estudios.
La opción de compartir una habitación es perfecta para universitarios con amigos o con familiares. Por supuesto, en el caso de que un estudiante esté interesado en una habitación doble, pero no conozca a nadie con quien compartirla, entonces los dueños de la residencia lo pondrán en contacto con jóvenes que tengan sus mismos intereses, a fin de que se conozcan antes de decidir vivir juntos en la residencia universitaria.
La vida universitaria transforma las perspectivas de los estudiantes que están en contacto con personas de otros lugares de España e incluso de otros países. Y el hecho de seleccionar una habitación compartida es tan solo una oportunidad más para hacer vida social dentro del campus.