La gestión de ingresos con Big Data permite introducir variaciones importantes de tipo tecnológico, operacional, administrativo y de recursos humanos en las empresas, con la finalidad de generar valor a partir, tanto de la información producida internamente, como de la recibida desde el exterior. De este modo consiguen una clara ventaja competitiva que ofrece nuevos impulsos al desarrollo organizacional.
Elegir las herramientas apropiadas, capaces de responder a los requerimientos particulares es fundamental; ya que, hay que tener en cuenta que, en ocasiones y por un cierto período, tendrán que convivir los sistemas tradicionales con las soluciones innovadoras aportadas por la Big Data. Los mejores mecanismos de conversión de los datos en ingresos económicos serán aquellos que se correspondan con un diseño tecnológico de bajo coste y consideren las características del negocio.
Aspectos propios de la corporación como su filosofía, misión, visión y principios rectores, al igual que sus estrategias operacionales y de formación de personal, deberán ser considerados durante la elección. Es relevante recalcar que recursos humanos juega un papel esencial en la conversión de los datos en ganancias; desde, el más humilde empleado que deberá con buena actitud adoptar las nuevas prácticas de trabajo, hasta los directivos que se verán apoyados en la toma oportuna de decisiones.
Los grandes desafíos asociados a los datos masivos
A fin de que la información abundante se convierta en un valor estratégico es necesario familiarizarse con su naturaleza y entender el proceso de conversión de la misma en gananciales para la empresa. Asimismo, hay que definir una metodología y ceñirse a ella, evaluando los resultados en todo momento, a lo largo del proceso. Por último, cada individuo involucrado debe obtener las habilidades requeridas para el éxito en este campo.
Al incursionar en el mundo del Big Data se magnifica la capacidad predictiva al igual que se cuenta con las garantías imprescindibles para triunfar en un mercado que se hace más exigente; la razón es que se corren menos riesgos y, a su vez, se hace innecesario trabajar con el método de ensayo y error. Por otro lado, gracias a que los resultados son más fiables se facilita el mejoramiento y fortalecimiento de las relaciones comerciales, así como la fidelización de los clientes.