El prestar apoyo y dar cuidados a personas mayores en su hogar cuando ya no se puede valer por sí mismo es conocido como ayuda domiciliaria. Este tipo de asistencia permite ofrecer una variada gama de servicios básicos principalmente al anciano que por cualquier circunstancia ya no suele ser autónomo para poder realizar esas tareas básicas al que estaba acostumbrado.
Dichas tareas pueden abarcar desde su propia atención personal hasta como relacionarse con el entorno dentro y fuera de su domicilio.
Ayuda domiciliaria: Qué involucra
Los ámbitos de actuación en la ayuda domiciliaria están conformados por tres tipos de servicios básicos:
El Servicio de atención personal: Este comprende la higiene y cuidado personales, la ayuda físico-motriz ya sea que la movilización, sin o con apoyo, como el uso de bastón, andadera, silla de ruedas o si por el contrario la persona se encuentre en cama, preparación de comida y control de medicamentos.
El Servicio de atención al hogar: Acá se abarca el mantenimiento del entorno de la persona, compras de víveres, cuidado de la vestimenta, detección de situación de riesgo en su domicilio.
El Servicio de integración en el entorno: Este se ocupa de la persona cuando es necesario su desplazamiento fuera de su domicilio, ya sea para realizar paseos cortos y visitas médicas necesarias de control o la asistencia hospitalaria y cubrir el mantenimiento necesario para sus facultades cognitivas, facilitando y garantizando una relación sana con la familia, amigos y vecinos.
También es importante destacar que este tipo de ayuda además de colaborar de manera directa con el adulto mayor, establece un puente entre éste y sus familiares, ofreciendo a los miembros de su entorno toda la información, orientación y asesoría sobre los aspectos generales que precisan las persona dependiente.
Es importante en este punto la inclusión de los familiares, hay que tener en cuenta que estas personas mayores pueden estar atravesando alguna enfermedad que desmejore sus capacidades cognitivas, ellos conservan aún una capacidad de sentimientos y deseos que deben ser respetados.
El objetivo principal es brindarle las condiciones más adecuadas al anciano para que tenga la mejor calidad de vida posible en esta etapa que atraviesa y que no se acelere el proceso de desgaste que la vejez o alguna enfermedad conlleva.